Llegada al Hotel en Monteagudo

Nos costó bastante llegar al hotel. Monteagudo es una pequeña ciudad de montaña con calles intrincadas. Tuvimos que preguntar varias veces hasta que encontramos un cartel que nos indicaba la calle a seguir, y ahí lo vimos. El hotel, una casona, estaba medio escondido, pero sus dueños, una pareja de nuestra edad o más, fueron muy amables. Nos recibieron con alegría, bajamos el equipaje y nos acomodaron con rapidez. Creo que éramos los únicos clientes esa noche y no había comedor, por lo que tuvimos que desandar el camino para llegar a la calle comercial donde había unos pequeños bares/comedores. Elegimos uno de ellos, más que nada porque pudimos dejar la camioneta cerca, y pedimos lo que se veía, que era pollo a la brasa y cerveza.

Si bien las habitaciones no eran grandes ni muy cómodas las camas, dormimos a pierna suelta, como dicen.

A la mañana siguiente, nos sirvieron un desayuno: café, pan con manteca y mermelada. A nuestro pedido de huevos revueltos, accedieron con gusto a cocinarlos ya que, como dije anteriormente, en estos viajes uno no sabe cuándo volverá a comer.

De las Montañas al Hotel Histórico en la Ciudad Capital

Después, cargamos la camioneta y nos dirigimos a una estación de servicio para tanquear, y así lo hicimos. Lo curioso de esto es que a los autos con patente extranjera les cobran casi el doble del precio del litro. Ya provistos de combustible, nos encaminamos hacia Sucre, la capital del poder judicial.

La ruta empieza siendo de ripio, serpenteando entre las montañas por sus laderas, y en algunos tramos hay que dar paso al que viene subiendo, maniobrando hacia el abismo o bien pegándose a la ladera ya que difícilmente pasan dos vehículos. En varias oportunidades nos tocó andar marcha atrás hasta encontrar un alivio para permitir dejar pasar al que venía de frente.

Ya en el cruce hacia Villa Serrano, en Padilla, la ruta se hace asfaltada, lo que nos brinda comodidad, seguridad y otra velocidad. Así llegamos a Sucre, entrando por la parte alta de ella, teniendo una vista bien abarcativa de la ciudad. Ahí empezamos a preguntar por la calle donde estaba nuestro hotel, y con calma y cuidado, ya que las calles no son muy anchas y anda mucha gente por ellas con diferentes medios y bartulos, llegamos a él. El hotel está instalado sobre lo que fue en tiempos coloniales la Real Audiencia de Charcas, obviamente totalmente renovado en su interior, pero sus fachadas y ciertos ambientes interiores son originales con sus refacciones y apuntalamientos de rigor, lo que lo hace un lugar muy interesante para parar. Esa noche salimos a comer, buenos piscos (en Bolivia al pisco lo llaman Singani) y buena carta.

Ya hecho el día, nos vamos al hotel a dormir para hacer un buen recorrido al día siguiente.

Marcelo-Hidalgo-Sola https://marcelohidalgosola.com.ar

Marcelo Hidalgo Sola es una figura destacada en el sector empresarial, reconocido por su rol como Delegado Titular de la Asamblea de Delegados en el Automóvil Club Argentino y su asociación con Inversiones Táchira SRL, una empresa que se dedica a la ganadería y al sector inmobiliario. Su carrera comenzó en la industria ganadera de Venezuela, donde adquirió una vasta experiencia y conocimientos que luego trasladó a Argentina en 2003. Desde entonces, ha continuado su labor a través de Inversiones Táchira SRL, demostrando un compromiso inquebrantable con el crecimiento y desarrollo de los sectores en los que participa.

Bajo su liderazgo, Inversiones Táchira SRL ha contribuido significativamente al desarrollo económico local, generando empleo y promoviendo prácticas sostenibles en la ganadería. Marcelo se distingue por su visión innovadora y su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, siempre buscando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. Su enfoque positivo y proactivo no solo ha fortalecido su empresa, sino que también ha dejado una huella positiva en la comunidad.

Además de su éxito empresarial, Marcelo Hidalgo Sola es conocido por su dedicación a diversas causas y su participación activa en organizaciones que promueven el bienestar social y económico. Su papel en el Automóvil Club Argentino destaca su compromiso con la excelencia y la seguridad en la movilidad, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones y servicios para los socios y la comunidad en general.

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