El recorrido desde Salta hasta Potosí

Arrancamos desde Salta hacia el norte por la antigua Ruta 9, más bonita, para tomar luego la Ruta Nacional N° 34. Fuimos viendo los distintos paisajes sin detenernos mucho, ya que el objetivo era llegar a Cusco. Sin embargo, sí nos detuvimos en el monolito que indica la línea del Trópico de Capricornio para sacarnos algunas fotos, siempre son interesantes esas líneas imaginarias. Luego seguimos nuestro camino hacia Yavi, un antiquísimo pueblo de la época colonial, cuando el centro estaba en Sucre y Potosí y estos pueblos eran relevantes en el camino hacia el sur. Posee una iglesia con unos tallados impresionantes y unos cuadros e imágenes aún más espectaculares.

Después de dar la vuelta al pueblo y comer algo en un comedor local, retomamos el camino hacia La Quiaca para hacer migraciones. Estas no nos resultaron demasiado engorrosas; en esos años, no había tanto movimiento vehicular, solo lugareños y paseros que van por sendas distintas.

De Yavi a Villazón: paso por la frontera

Una vez finalizados los trámites, entramos a Bolivia y atravesamos Villazón, donde no hay nada de interés salvo por ser un característico pueblo fronterizo. Tomamos la ruta hacia Tupiza, donde pasaríamos la noche. La carretera, en largos tramos, era de ripio, lo que hacía más lenta la marcha, y mucho más aún cuando caía la noche, haciendo el final del trayecto un poco pesado, ya que veníamos cansados del madrugón y del día. Llegamos a un hotel muy sencillo en Tupiza, donde nos dieron de comer y descansamos.

Al día siguiente, retomamos la ruta hacia la Villa Real de Potosí. Hay largos tramos de ripio en montaña, lo que hace la marcha más lenta. Curiosamente, nos topamos con algún peaje en el cual tuvimos que bajarnos del auto, subir unos 300 metros a la casilla, pagar y después continuar el viaje. Nos sentíamos como en la época colonial.

La Casa de la Moneda y la Catedral de Potosí

Después de transitar aproximadamente 250 kilómetros, lo que nos tomó unas 5 horas, llegamos a Potosí e inmediatamente nos pusimos en búsqueda del hotel donde nos alojaríamos, lo cual fue bastante rápido. Una vez acomodados en nuestras habitaciones, salimos en grupo a conocer el centro histórico, donde resaltan, obviamente, la catedral y la Casa de la Moneda. Aquí se acuñaban las monedas de plata para España y para toda Europa, y es muy impresionante ver las máquinas que se usaban para ello. Primero, se hacía a golpe de martillos diseñados para ello con las figuras para imprimir en los trozos de plata. A medida que se fue agrandando la producción, se fueron instalando máquinas tipo rueca que eran movidas por mulas. En esos momentos de esplendor, Potosí llegó a ser una de las ciudades más grandes del planeta conocido.

Una vez terminadas las visitas a estos dos sitios icónicos y terminado el día, fuimos a comer para luego regresar al hotel a dormir. Al día siguiente, teníamos prevista la visita al Cerro