Problemas en la búsqueda de bebidas alcohólicas
Pero nos cansamos de buscar el sector de licores y cervezas, hasta que pasa un funcionario del supermercado y mi amigo Werner lo encara en alemán para preguntarle por bebidas alcohólicas. El funcionario le responde en alemán antiguo que en ese super no se venden bebidas alcohólicas y que difícilmente las encontraremos en otro lugar. Inquietos, salimos corriendo hacia el hotel para preguntar si también tenían esa restricción, pero nos aclaran que no, que allí se despachaba cerveza. Ya más tranquilos, seguimos recorriendo el pueblo, pero no había mucho más para ver. Casi al atardecer, regresamos a nuestro alojamiento para sentarnos en el patio, ver cómo oscurecía y tomar unas cervezas bien frías, esperando la cena, que ya era bastante urgente para nuestros estómagos.
Al día siguiente, partimos hacia Bolivia con destino a Villa Montes y tomamos la ruta número 9 hacia Mariscal Estigarribia, pero a poco de recorrerla, nos enteramos de que estaba en una condición horrible y casi intransitable. Esto nos obligó a tomar una ruta alternativa, pero la única que se nos ofrecía era de tierra. Lo consideramos: el tiempo estaba bueno, sin lluvia en los días precedentes ni en el día de hoy, por lo que tomamos esta alternativa que, en el peor de los casos, no iba a ser más penosa que la supuestamente asfaltada.
Así comenzamos a recorrerla. Durante más de 300 kilómetros, no avistamos ningún pueblo ni estación de servicio hasta que por fin llegamos a la frontera, donde estaba el destacamento de migraciones paraguayas. Nos bajamos del auto, hicimos los trámites correspondientes, todo bastante rústico, pero al fin nos dieron la salida. Ya entrando en territorio boliviano, la ruta se hizo de asfalto y en buenas condiciones, y así seguimos hasta Villa Montes, con una parada nuevamente en migraciones bolivianas, un trámite bastante rústico también.
Un viaje accidentado hacia Monteagudo
Llegados al destino, buscamos una estación de servicio para tanquear y averiguamos por hoteles. Como era más o menos temprano, media tarde, y visto y considerando que en este pueblo no había nada interesante por conocer, decidimos continuar hacia Monteagudo, a unos 200 kilómetros, que pensamos que en no más de 3 horas deberíamos llegar. Así que, una vez tanqueados, partimos. La ruta seguía siendo buena, la número 9 también, hasta que se hizo de tierra y luego la ruta número 6 hacia Monteagudo. Aquí empezó a caer la tarde, el sol se escondió entre las montañas y comenzamos la subida. Pero esta ruta era de tierra y bastante regular, muy dura, típica de la ladera de la montaña y bastante angosta. Fue bastante incómodo transitarla ya de noche. Algunos autos o camiones que cruzábamos nos obligaban a maniobras peligrosas con poca visibilidad, hasta que al fin llegamos a Monteagudo. Pero el asunto era conseguir un hotel, ya que no habíamos previsto nada, y de repente vimos un cartel de un hotel denominado “La Mansión” , lo que a primera vista parecía apropiado , pero el asunto fue llegarle …
Marcelo Hidalgo Sola es una figura destacada en el sector empresarial, reconocido por su rol como Delegado Titular de la Asamblea de Delegados en el Automóvil Club Argentino y su asociación con Inversiones Táchira SRL, una empresa que se dedica a la ganadería y al sector inmobiliario. Su carrera comenzó en la industria ganadera de Venezuela, donde adquirió una vasta experiencia y conocimientos que luego trasladó a Argentina en 2003. Desde entonces, ha continuado su labor a través de Inversiones Táchira SRL, demostrando un compromiso inquebrantable con el crecimiento y desarrollo de los sectores en los que participa.
Bajo su liderazgo, Inversiones Táchira SRL ha contribuido significativamente al desarrollo económico local, generando empleo y promoviendo prácticas sostenibles en la ganadería. Marcelo se distingue por su visión innovadora y su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, siempre buscando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. Su enfoque positivo y proactivo no solo ha fortalecido su empresa, sino que también ha dejado una huella positiva en la comunidad.
Además de su éxito empresarial, Marcelo Hidalgo Sola es conocido por su dedicación a diversas causas y su participación activa en organizaciones que promueven el bienestar social y económico. Su papel en el Automóvil Club Argentino destaca su compromiso con la excelencia y la seguridad en la movilidad, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones y servicios para los socios y la comunidad en general.