De Villa Unión a Barreal: Un viaje lleno de emociones

Llega el martes, desayunamos con las delicias que nos ofrecen en la cocina y empezamos a cargar el auto con nuestro equipaje. Una vez terminado, nos despedimos de Villa Unión y nuestro excelente hotel, y partimos rumbo a la Ruta 40 con destino final en el pueblo de Barreal, en San Juan. Antes de llegar a Huaco, decidimos tomar la Ruta 49 hacia San José de Jáchal, pasando por La Ciénaga, una cuesta muy interesante que bordea un cauce donde se ve que el río se vuelve muy pantanoso. Esta ruta nos lleva a Rodeo, otro pueblo sin mucho más que contar. Hacemos una parada para cargar combustible en el A.C.A. y luego nos dirigimos hacia Barreal.

Calingasta y la fascinante experiencia en la bodega Cara Sur

En general, la ruta es buena y en Calingasta nos desviamos para visitar una bodega llamada Cara Sur. Habíamos llamado previamente para que nos esperaran. La bodega es pequeña y nos muestran el método de vinificación, el cual nos llama la atención porque no se prensa el 100 % de la uva, sino que se aplica una pequeña presión para liberar un poco de líquido. Luego, por el propio peso y madurez de la uva, esta se prensa sola y va soltando su jugo. Al final, se extrae el líquido medio vinificado, se retira la piel restante y luego se prensa para obtener hasta la última gota de líquido.

Una vez terminadas las preguntas correspondientes, nos llevan a una sala con banquetas y una mesa, donde probamos un vino dulce y un tinto bastante buenos, acompañados de quesos de la región.

Terminada la visita, continuamos nuestro camino, que fue muy corto ya que estábamos cerca de Barreal. Atravesamos el pueblo y localizamos el restaurante, o mejor dicho, el lugar donde íbamos a cenar esa noche, ya que las opciones son limitadas en Barreal un miércoles.

Llegamos a nuestro hotel alrededor de las 16:30, el Villa Pituil, y para nuestra sorpresa, no había nadie esperándonos. Si bien dijimos que llegaríamos alrededor de las 19:00, nos llamó la atención que el hotel estuviera abierto. Recorrimos el lugar por dentro y por fuera para asegurarnos de que no estuvieran en la cocina o arreglando las habitaciones, pero no encontramos a nadie. Llamamos a la dueña y nos informó que nos esperaban más tarde, pero que la encargada ya estaba en camino y que esperáramos. Así lo hicimos, mientras tanto dimos un paseo para admirar el hermoso río que atraviesa la localidad, el Río San Juan.