Como decía, comimos en ese restó boliche del puerto de Mar del Plata y, una vez terminados, nos vamos al hotel a dormir. Así estuvimos un par de días, hasta que regresamos a Buenos Aires, un poco más tranquilos con el tema de la velocidad. A los pocos días, me llaman de un comercio conocido diciéndome que tenían una Jeep Cherokee Limited usada, con algo de 7,000 kms., del año 2001, y que se vendía en 40,000 pesos o algo así, que también eran 10 o 12 mil dólares. La vamos a ver; era de color plata, con tapicería de cuero, asientos eléctricos, olor a nuevo, mismo motor de 6 cilindros en línea, flamante.
Jeep Gran Cherokee
Dejé una seña y al día siguiente hice una transferencia desde mi banco en EE.UU. al del vendedor, hicimos los papeles, y chau pinela, nos la llevamos a casa un par de días después. Ya no sabía dónde meterlas, así que el Mercho lo llevamos a Seguí, de donde ya habíamos desalojado al inquilino, y dejamos las dos Cherokees en casa de mamá, donde estaba parando Sebas. El asunto es que Sebas se iba a su facultad en alguna de las Cherokees, el gran bacán. A los pocos días, nos volvimos a Venezuela; hubo muchas idas y venidas ese resto del año, había muchas cosas que hacer, y Andre extrañaba a Sebas.
Aeropuerto de Ezieza
Con los autos, siempre hacíamos alguna escapada a algún campo cercano, o lo que fuera, y es hasta el año 2003 cuando me llama Nicolás para decirme que tiene una travesía desde Salta hacia Antofagasta de la Sierra, Catamarca, para hacer la Laguna del Hombre Muerto, llegar a Tolar Grande, Salta, y de ahí ir hasta San Antonio de los Cobres, Abra del Acay, Cachi, y terminar de nuevo en Salta city. No me hizo falta ni que terminara de hablar para solo preguntarle cuándo, la palabra mágica. No recuerdo bien, pero sería el mes de mayo de 2003, por lo que empecé a hacer planes para el viaje, ya que iban a ser unos 15 días, y como ya tenía varias cosas pendientes en Buenos Aires, las fui ordenando para también acometer esas tareas. Para esos viajes, y en general, al menos a mí, ya el hecho de saber que salgo de viaje, me hace empezar a disfrutar, pero este tipo de viajes son más intensos aún, por lo que empecé con la planificación… primero, con cuál Cherokee la iba a hacer, y decidí hacerla con la nueva, la Limited, que me pareció más adecuada. Empecé haciendo la lista de ropa necesaria, ya que íbamos a atravesar también regiones de más de 4,000 mts. de altura, y por eso de noche es gélido, y uno no puede correr el riesgo de quedarse por ahí medio desamparado con esas temperaturas.
Marcelo Hidalgo Sola es una figura destacada en el sector empresarial, reconocido por su rol como Delegado Titular de la Asamblea de Delegados en el Automóvil Club Argentino y su asociación con Inversiones Táchira SRL, una empresa que se dedica a la ganadería y al sector inmobiliario. Su carrera comenzó en la industria ganadera de Venezuela, donde adquirió una vasta experiencia y conocimientos que luego trasladó a Argentina en 2003. Desde entonces, ha continuado su labor a través de Inversiones Táchira SRL, demostrando un compromiso inquebrantable con el crecimiento y desarrollo de los sectores en los que participa.
Bajo su liderazgo, Inversiones Táchira SRL ha contribuido significativamente al desarrollo económico local, generando empleo y promoviendo prácticas sostenibles en la ganadería. Marcelo se distingue por su visión innovadora y su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, siempre buscando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. Su enfoque positivo y proactivo no solo ha fortalecido su empresa, sino que también ha dejado una huella positiva en la comunidad.
Además de su éxito empresarial, Marcelo Hidalgo Sola es conocido por su dedicación a diversas causas y su participación activa en organizaciones que promueven el bienestar social y económico. Su papel en el Automóvil Club Argentino destaca su compromiso con la excelencia y la seguridad en la movilidad, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones y servicios para los socios y la comunidad en general.