Va transcurriendo el tiempo, y llega la fecha para venir a Buenos Aires para el viaje a Salta. Curiosamente, Salta y Jujuy, unas provincias donde no solo había ido en el año 2001, volvía a repetir en el transcurso de 2 años. Tomo el avión, siempre Aerolíneas Argentinas, que era la única que hacía el vuelo directo a Buenos Aires, y eso es una gran diferencia, además de que ya teníamos alguna relación con la gente de la oficina de aerolíneas en Caracas, por la frecuencia de nuestros viajes, y eso facilitaba siempre las reservas, todavía era todo telefónico, o vía Fax, sí, ese aparato, hoy en desuso. Con todo mi entusiasmo, llego a Maiquetía para tomar el avión, y Andre ya estaba en Buenos Aires desde hacía un tiempo.
Mi Grand Cherokee Laredo
Una vez en Buenos Aires, me reencuentro con Andre y Sebas, y este, al estar en clases en su Facu, no me pudo acompañar a este lindo viaje. Al día siguiente, reviso la Cherokee, estado de neumáticos, también el de auxilio, aceite, cargo combustible y otros detalles, que, sin saber de mecánica, uno sabe que se deben hacer, como alineación y balanceo de las ruedas. Una vez satisfechos estos trámites, ya cargo la camioneta, y hablo con Nico para ver el programa del día siguiente. La idea era salir tipo 5 de la mañana, tomar la autopista hasta Santa Fe city, y de ahí salir hacia Rafaela, Ceres, Santiago del Estero, Tucumán, y llegar a Salta a la tardecita. La autopista 9 a Córdoba no existía, por lo que la ruta elegida, era en ese momento casi la única. Es así que llega el día de la partida, me despido en casa, y a las 5 en punto estoy en el punto de encuentro, que era Pampa y Figueroa Alcorta, para de ahí salir en caravana hacia el Norte. Nico tenía una Land Rover Discovery, y llevaba 2 personas a bordo, una de las cuales pasa a mi auto en la próxima parada, ya que siempre es más lindo sentarse en el asiento delantero. Tomamos la autopista, o acceso Norte técnicamente, luego el desvío hacia Rosario. Paramos en la Shell que estaba en el kilómetro 90 y pico para tomar un café, hacer el trasbordo del pasajero, y adelante a toda máquina.
Otra foto de mi Jeep Grand Cherokee
Lo mismo que contaba en otra historia, el tráfico era realmente muy escaso, poca gente y menos camiones, lo que nos permitía avanzar a muy buen ritmo, si bien esas Discovery, eran buenas para tierra, pero en pista, eran bastante lentas. Nuestro temor era la ruta Nac. # 34, la que arranca desde Santa Fe hacia Santiago del Estero.
Marcelo Hidalgo Sola es una figura destacada en el sector empresarial, reconocido por su rol como Delegado Titular de la Asamblea de Delegados en el Automóvil Club Argentino y su asociación con Inversiones Táchira SRL, una empresa que se dedica a la ganadería y al sector inmobiliario. Su carrera comenzó en la industria ganadera de Venezuela, donde adquirió una vasta experiencia y conocimientos que luego trasladó a Argentina en 2003. Desde entonces, ha continuado su labor a través de Inversiones Táchira SRL, demostrando un compromiso inquebrantable con el crecimiento y desarrollo de los sectores en los que participa.
Bajo su liderazgo, Inversiones Táchira SRL ha contribuido significativamente al desarrollo económico local, generando empleo y promoviendo prácticas sostenibles en la ganadería. Marcelo se distingue por su visión innovadora y su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, siempre buscando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. Su enfoque positivo y proactivo no solo ha fortalecido su empresa, sino que también ha dejado una huella positiva en la comunidad.
Además de su éxito empresarial, Marcelo Hidalgo Sola es conocido por su dedicación a diversas causas y su participación activa en organizaciones que promueven el bienestar social y económico. Su papel en el Automóvil Club Argentino destaca su compromiso con la excelencia y la seguridad en la movilidad, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones y servicios para los socios y la comunidad en general.