En el año 2000, realizamos un viaje en la Jeep Cherokee a Misiones para visitar las cataratas. Mi mujer y Sebastián no las conocían, así que me pareció divertido ir hacia allá. Era agosto, mes en el que tomábamos vacaciones en Venezuela, ya que allí se rigen por el calendario escolar del hemisferio norte, que lo es, por lo que las vacaciones son de julio a septiembre, con un corte en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Me fui manejando la Jeep con Sebastián y tomamos la ruta Nacional N° 14, que aún no era autopista, lo que hacía bastante pesado el tránsito, aunque no tanto como antes de la crisis. Nuestro objetivo era llegar a Oberá, Misiones, para dormir allí. Entramos a Yapeyú para conocer la casa de San Martín y seguimos viaje. Al entrar en Misiones, visitamos un pueblo llamado San José, donde quería mostrarle a Sebastián lo que es un pueblo de inmigrantes. Es curioso ver en medio de la selva misionera a esos personajes que parecen sacados de una foto de la vieja Europa: altos, fornidos, rubios.

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Muy curioso. Tomamos un café y seguimos viaje hacia Oberá, donde llegamos al caer la tarde y nos alojamos en un hotel bastante sencillo, que era de lo mejorcito que había en esa época. Al día siguiente, recogimos a Andrés en el aeroclub local y continuamos hacia las Cataratas.

Vista de una ciudad desde lo alto de una montaña

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Otra vista de los saltos del Iguazu

Tomamos una ruta de tierra, donde la naturaleza se resalta más, sintiéndose uno como inmerso en ella. Nos encontramos con la ruta Nacional N° 12 a la altura de Eldorado, la cual tomamos por curiosidad de ver cómo había cambiado, y ya sobre pavimento, avanzamos rápido. Llegamos a nuestro hotel, nos alojamos en uno muy bonito, aunque hoy en día hay muchos superiores, y una vez instalados, salimos a recorrer la ciudad y pasamos a Foz, la ciudad del lado brasileño.

Cataratas del Iguazu

Volvimos al hotel, nos aseamos y decidimos ir al centro para cenar y ver Iguazú city by night. Había mucho turismo, el casino estaba lleno – en Brasil no están legalizados, por lo que vienen todos hacia acá – y la temperatura era muy agradable.

Hotel en iguazu

Al día siguiente, fuimos a las cataratas. Aún no existía el tren que te lleva hacia la Garganta del Diablo, así que contratamos un gomón que te pasea hasta la caída de agua, lo cual es muy divertido. Siendo la temperatura muy cálida, no había problema en mojarse