La verdad es que ese parque de cardones es algo digno de ser visto, muy impresionante, es como un bosque pero sin ramas. Esa madera, o como se la llame, se usa para construir casas, corrales y en cuanto uso pueda uno imaginarse. Nos subimos de nuevo a los autos y arrancamos, ahora sí, hacia Salta City, San Lorenzo para ser más precisos, donde estaba nuestro hotel. Seguimos la ruta, no hay mucho tráfico, por lo cual podemos avanzar a una buena velocidad, dentro de lo posible debido al estado y complejidad de esta, hasta que llegamos a los alrededores de la ciudad, donde nos ponemos bien en caravana para no perdernos, ya que si bien volvemos al mismo hotel, a la salida habíamos salido por otra ruta, hacia el sur, y ahora entrábamos por el oeste. Sin mucha dificultad, llegamos a nuestro lindísimo hotel, todo de piedra, material que abunda en la zona para ser preciso, pero no le quita la belleza.

En el Abra del Acay, a más de 5.000 mts. de altura

Ahí descargamos, nos registramos, vamos a nuestros respectivos cuartos a darnos un baño de rey, ya que veníamos desde Tolar Grande, donde no nos habíamos bañado, por lo que teníamos tierra hasta en los oídos, por no decir y/o nombrar otra parte anatómica del cuerpo. Me saco toda la ropa, sucia y maloliente, la pongo en la bolsa de ropa sucia, me baño, y ya una vez limpio y perfumado, me visto y salgo a esperar a mis compañeros para reentrar al downtown de Salta, donde teníamos reservado el restó para la cena de despedida. Mientras espero, se acerca Werner y hacemos nuestro ritual del happy hour, y pedimos sendos piscos sauer, los cuales los sacan muy sabrosos… aún teniendo los elementos, no siempre salen buenos, o por el limón, o por la cantidad de azúcar, etc., pero estos estaban súper. Llegan los demás, nos apíñamos en 2 autos, ya que no tenía ganas de seguir manejando, y nos vamos al restó, un lugar muy simpático, a 1 cuadra de la plaza, y nos sentamos así como veníamos, y enseguida empiezan las bromas, y llegan las empanadas, y, obvio, el vino, y en ese ambiente de camaradería, uno se siente muy contento, lo cual te lleva a comer más de lo normal, y también a beber, ya que todo te sabe más rico que de costumbre.

Cartel indicando el límite de Catamarca con Salta

Al rato, ya nos traen el plato principal, que era chivo, lo cual me encanta. Terminamos de comer, nos volvemos al hotel, me lavo los dientes y caigo como desmayado en la cama.

Lindísima Capilla en Cachi, un pueblo bellísimo.