Sí, sí, nos llama Sebas a las 7 y media y nos dice que Milei ganó las elecciones. Yo no quiero escuchar mucho, le digo que es muy temprano y que después hablamos, o que mejor mañana lo llamo desde alguna parada y charlamos. Pero resulta ser que antes de las 8 de la noche se empiezan a escuchar gritos y mucha algarabía, y resulta ser que era Massita reconociendo la derrota, que no sé qué le habrán metido para poder estar parado, pero fue así.

Vista panorámica de San Martin de los Andes

Vista panorámica de San Martín de los Andes Ahí esbocé una sonrisa, me dije que mañana iba a tener bastante para escuchar en la radio, y me fui a mi cuarto para empezar a cambiarme y meterme en la casa en modo reposo, para quedarme dormido en algún momento. Previamente, me tomé un pedacito de Rivotril, un cuarto, muy poco, y pongo el despertador a las 5 de la mañana. Se ve que me quedé dormido, y al otro día me despierto tipo 3 y cuarenta y cinco, voy al baño, y me digo que voy a hacer en la cama, esperando que toque el despertador a las cinco, me iba a quedar dando vueltas en la cama, perdiendo el tiempo, y es así que decido vestirme, agarrar mis documentos y salir.

El Volcan Lanin , dentro del parque Nacional homonimo

El Volcán Lanín, dentro del Parque Nacional homónimo La Tiguan ya la había cargado el sábado a la tarde, es que lo nuestro son mudanzas, no viajes, valijas, camperas, bolsos, etc., y además, porque estaba muy frío en San Martín, hacían unos 2 ó 3 grados por la mañana, y al mediodía llegaría a 15, por lo que hacía falta llevar abrigo, máxime nosotros que íbamos a estar a la intemperie jugando. A todo esto, meter la bolsa de palos, que no es un tema menor. Pero bueno, ya lavados los dientes y la cara, más los afeites correspondientes, recojo mis documentos, mi chaleco, busco en la heladera los sándwiches que me había preparado Andre, que siempre le quedan muy ricos, el agua de litro y medio que dejo en el freezer para que vaya congelada y asegurarme agua fría todo el viaje. Nos despedimos con Andre, recibo las consecuentes advertencias de no correr ni tomar ningún riesgo, cosas que ya hace muchos años que no hago con el auto.

San Martin de los Andes y su orilla sobre el Lago Lacar

San Martín de los Andes y su orilla sobre el Lago Lacar A las 4 y media, a lo más, ya estaba andando, era de noche todavía, pero al ratito ya empezaría a clarear. Es un placer, no hay nadie en las calles, subo a la Gral. Paz, algún auto, subo a la Panamericana, voy a la velocidad límite, no toco el freno sino hasta que me desvío a la autopista del Buen Ayre.