Recuerdo que el hotel se llamaba, o se llama, Vila Glory. Una vez resuelto el tiempo de nuestra estadía, el próximo paso era Florencia, y el viaje sería en tren, pero no tenía sentido sacar pasaje por anticipado, ya que las frecuencias eran demasiadas, y no iba a ser un problema sacar el pasaje en el momento en cualquier oficina turística. Vemos la oferta hotelera de Florencia, por demás amplia; no había promos con esos cupones Color, por lo que buscamos un precio acorde al presupuesto, que si bien era amplio, por la longitud del viaje, sumaba muchos dólares en la suma total. Recordemos que todavía no existía el euro, por lo que las transacciones se hacían en la moneda local, lo que implicaba hacer cuentas siempre, salvo que ya te las expresarán en dólares. En Florencia, elegimos un hotel medio moderno, es decir, sin ninguna reminiscencia de la grandeza de Florencia, pero bien ubicado, cercano a Santa Maria di Fiore y al Ponte Vecchio, lo que era para nosotros una ayuda inmensa, ya que cinco en un taxi no entrábamos, y buscábamos en general, como he dicho, locaciones a walking distance de los sitios que sí o sí queríamos visitar.

La coronación de Napoleon , fantástico cuadro en el Louvre

Elegido el hotel, le damos el checked, y ahí los Meneses deciden seguir a Venecia, y nosotros, retroceder a Roma, para volver a encontrarnos en Niza. Queríamos volver a Roma, porque tenemos un amigo romano, y él nos iba a llevar a un par de sitios a los cuales solo llegaron los romanos, los que conocen su ciudad y la han vivido, lo que nos pareció atractivo. Quizás fue una lástima no haber seguido a Venecia, ya que en los viajes que hemos hecho posteriores a Europa, nunca se nos dio llegar a Venecia, y en los últimos lustros, es imposible acercarse a estas locaciones, ya que la multitud de turistas, al igual que nos pasó en Roma la última vez, en el año 18, es imposible moverse, visitar alguna zona interesante, o comer en algún restó bueno, ya que las masas de turistas te invaden todo, son hordas de gente, masas compactas, con los altoparlantes, cada uno en su idioma, una torre de Babel, que te llevan puesto, te atropellan, tienes que sacar entrada para poder entrar a ciertos sitios, con mucha anticipación, lo mismo que ocurre hoy en Venecia.

Bajo el arco de triunfo , Paris , Andre , Sebas y yo , junto a los Meneses

Es un espanto, sí, esas ciudades han sido literalmente tomadas por los turistas, tomadas al asalto. Entiendo que a los comercios y restaurantes y hoteles les sirve, pero en calidad de turista, creo que hemos perdido lo que queremos visitar para conocer y pasar momentos amables.