Como decía, me compré esa Jeep Cherokee Laredo en diciembre del año 98; era la que tenían para entrega y patente inmediata.
Sacando de un barrial la JEEP Comanche de un amigo en los Llanos del Apure
Junté los cobres, y en el ex banco Quilmes hice el pago, U$S 38.000 exactos. Les dije que iba a pasarla a buscar mañana y que me siguieran la corriente. Así hicimos, y cuando llegué a casa, les dije que mañana íbamos a ver una camioneta a JEEP para el viaje a Villa La Angostura, que era en 2 días. Llega el día siguiente, y vamos tipo 10 AM a la concesionaria en la calle Armenia, y me atiende mi vendedor. Le pregunto si tienen un Jeep disponible, y me muestra el mío; es entonces cuando le pregunto si no me lo presta por unos 10 días para ir a Villa La Angostura, y que se lo devolvería el 2 o 3 de enero del 99. Hace que lo piensa un poco y me dice que sí, que ningún problema. Así hacemos, y salimos andando, y Andre y Sebas, re sorprendidos que nos habían prestado la camioneta. ¡Jaja! Muy divertido, al ratito me río y les cuento que la compré. Obvio, lo primero antes de sacarla, verifiqué mis datos y que el seguro estuviera ya completo y a mi nombre, no sea cosa que no estuviera vigente todavía. Así llegamos a Guido, donde vivía Mamá, bajamos a la cochera, y estacionamos la nave. Muy emocionados todos, sobre todo porque en 2 días salíamos de viaje a Villa La Angostura, y con nave nueva 0 km. El tema era después, cuando volviéramos, dónde meterla, pero mamá tenía 1 solo auto, así que podíamos pararla ahí mismo en el garaje de Guido, ya que iba a estar parada casi 1 año, nosotros todavía vivíamos en Venezuela.
Con mi JEEP Cherokee Wagoneer en Merida , Venezuela
Llega el día del viaje, y salimos muy temprano, porque el viaje lo íbamos a hacer en el día, con la familia de mi cuñado, que iban en una Toyota SW4 de esos años. Creo que salimos tipo 4 de la mañana, o algo así, ellos llevaban un tráiler con un cuatriciclo. Agarramos Panamericana, Buen Ayre, luego Acceso Oeste hasta Luján, ahí enganchamos la ruta Nacional N.º 5 con rumbo a Santa Rosa.
Ya pescando en el Nahuel Huapi
En esos tiempos, había muy poco tráfico, mucho menos a esa hora, y no había tantos semáforos en los pueblos ni tantos reductores de velocidad ni tantas motos circulando en la ruta ni tantas bicicletas, que parece que no, pero cuando van al costado de la ruta, te hacen frenar, porque si viene un camión de frente, el espacio se hace demasiado angosto. Pero como dije, ese no era el caso en esos años.
Marcelo Hidalgo Sola es una figura destacada en el sector empresarial, reconocido por su rol como Delegado Titular de la Asamblea de Delegados en el Automóvil Club Argentino y su asociación con Inversiones Táchira SRL, una empresa que se dedica a la ganadería y al sector inmobiliario. Su carrera comenzó en la industria ganadera de Venezuela, donde adquirió una vasta experiencia y conocimientos que luego trasladó a Argentina en 2003. Desde entonces, ha continuado su labor a través de Inversiones Táchira SRL, demostrando un compromiso inquebrantable con el crecimiento y desarrollo de los sectores en los que participa.
Bajo su liderazgo, Inversiones Táchira SRL ha contribuido significativamente al desarrollo económico local, generando empleo y promoviendo prácticas sostenibles en la ganadería. Marcelo se distingue por su visión innovadora y su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, siempre buscando nuevas oportunidades de crecimiento y expansión. Su enfoque positivo y proactivo no solo ha fortalecido su empresa, sino que también ha dejado una huella positiva en la comunidad.
Además de su éxito empresarial, Marcelo Hidalgo Sola es conocido por su dedicación a diversas causas y su participación activa en organizaciones que promueven el bienestar social y económico. Su papel en el Automóvil Club Argentino destaca su compromiso con la excelencia y la seguridad en la movilidad, trabajando incansablemente para mejorar las condiciones y servicios para los socios y la comunidad en general.